La Ópera y su Menyul

* La cantina La Ópera opera desde 1940 en la Ciudad de Puebla y ahora los herederos de Manuel Montesinos, su fundador, mantienen la estirpe del lugar con el Menyul, como su elixir estrella

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.-  En La Ópera lo mismo un grupo de amigos jóvenes que al final se decantan por una cerveza o un mojito, que adultos mayores que se aferran a una de las mesas y a los recuerdos.

El televisor suele estar encendido, mientras las carcajadas y las conversaciones generan el ambiente del lugar. La cantina La Ópera se asentó desde 1940, frente a la Iglesia la Mansión. Y a la distancia, ante sus puertas de madera, es común observar camionetas de lujo, porque políticos suelen visitarla o personas que llegan a pie.

Es un sitio cerrado, en las paredes recuerdos, fotografías de la fachada que permanecen similares, con la misma tipografía, de letras grandes y redondas; la barra también permanece intacta, con las botellas para preparar las bebidas y los cantineros con vasos y platos en mano.

El lugar es atendido por los herederos de Manuel Montesinos, cuyo padre trabajaba en el hotel Lastra -ubicado en Los Fuertes de Loreto y Guadalupe- en el que se encontraba el bar de Pedro Chicote y por el cual habían desfilado los mejores barmans del mundo.

Y el Menyul es un elixir resguardado tras las puertas de una las cantinas más antiguas de la ciudad de Puebla, Beberlo es probar una bebida con base de yerbabuena, jerez, ron, azúcar, mucho hielo y un ingrediente secreto –que dicen—es lo que lo hace perfecto.

Algunos dicen que es para “curar la cruda”, otros que asienta el estómago, lo cierto es que en este sitio, ubicado en la 16 de Septiembre entre 13 y 15 Oriente, el Menyul es el preámbulo para probar el resto de las bebidas de la carta.

Un sorbo te lleva a darle otro trago más profundo, hasta darte cuenta que puedes beber más de un menyul. La bebida es fuerte, pero no lo suficiente si tomas sólo una.

Los turistas franceses que llegaban a Puebla le hacían mención de esa bebida y como al padre de Manuel le gustaban otros bares que también se llamaban Ópera, incluido el de Ciudad de México, llamó así a su bar.

Así logró crear su propia versión del menyul, una bebida buscada por los turistas y por los poblanos que no salían de las cantinas; distinto a otros cocteles con el mismo nombre, pues utilizan otros ingredientes y la receta de La Ópera está patentada.

Hasta los años 80, este lugar sólo era para hombres, pero conforme pasó el tiempo sus esposas los acompañaban, hasta que se decidían a ir solas, aunque pedían “discreción”.

Ahora no importa el género, las mujeres y hombres atraviesan las puertas de madera en busca del elixir que les promete curar la cura.

 

 

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